lunes, 3 de septiembre de 2007

Arte
Las primeras manifestaciones del arte romano nacen bajo el influjo etrusco, enseguida contagiado de los caracteres griegos aprendidos de las colonias de la Magna Grecia, sur de Italia, que Roma conquistó en su proceso de unificación territorial durante los siglos IV y III adC. La influencia griega se acrecenta cuando Roma en el siglo II adC ocupa Macedonia y Grecia.
La escritura se introduce entre finales del siglo VII a.C. y principios del siglo VI a.C., con un alfabeto propio. La escritura se utiliza para fijar textos jurídicos, transmitidos por tradición oral, y los documentos privados.
Hasta cierto punto puede pensarse que el arte de Roma es una imitación y ampliación del arte griego, y por supuesto del arte etrusco, pero el espíritu que animó a los artistas romanos es totalmente diferente de los originales. La Roma conquistadora y urbanista trató de unir al sentido estético griego, el carácter utilitario y funcional que sus obras requerían.
Desde el punto de vista cronológico, el arte romano se desarrolló con bastante homogeneidad y autonomía desde el siglo III a.C hasta el siglo V de nuestra era. Siguiendo las etapas que su devenir histórico marca, destacan al menos la República, hasta el año 27 adC, y el Imperio, que se extendió desde los tiempos de Augusto hasta la caída de Roma en manos de los bárbaros en el año 476.
A causa del profundo centralismo ejercido por Roma sobre sus provincias en todos los aspecto de la vida, se originó un arte muy uniforme sin que pueda hablarse de escuelas provinciales, al menos durante la época imperial. No obstante, dada la amplitud del Imperio y su constitución en diferentes momentos, no existe una contemporalidad cronológica, pues en zonas donde el arte helenístico está más consolidado sus formas artísticas están mucho más evolucionadas que en las provincias más tardíamente incorporadas a la cultura romana.

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